domingo, 30 de junio de 2013

Back To Basics

Siempre se empieza por algún lado. Y muchas veces ocurre que lo hacemos sin saber conscientemente que es el inicio de algo que nos acompañará para toda la vida. Así fueron mis primeros palotes con el vino hace ya unos cuantos años.

Cuando era un párvulo que salía a boliches los fines de semana lo que mas bebía era cerveza (Quilmes!) y tragos ocasionales. El vino lo tenía asociado con esa cosa de olor a alcohol feo que te dejaba la cabeza estallando al otro día. Tal era la calidad de los brebajes que se me cruzaban por delante en esa época. Imaginen marcas y presentaciones (no en botella, ja!)

Cuando se presentaba la ocasión, el consumo era de blancos (el Suter Etiqueta Marrón era lo mas). Pero de a poco me fui atreviendo a tomar tintos, de un nivel mejor pero calidad standard. Luego de a poco empecé a subir la puntería, y aparecieron una serie de vinos que empecé a tomar con regularidad, por distintas causas, algunas un poco aleatorias.

Luego resulta que ampliás tus horizones y empezás a especializarte y probar otras cosas. Siempre atrás de lo nuevo, de lo distinto, de lo específico. Que buscar lo último de Michelini o Vigil, o esa bodega que hace un carignan raro y mineral; o el vino de garaje del enólogo de una bodega grande. Tanto andar atrás de eso y de golpe en la góndola ves esas etiquetas que fueron tus comienzos y decís "Uh esto no lo tomo hace un montón".

Volver a comprarlos fue casi instintivo. Y también hacer una pequeña reunión con amigos para probar sus actuales versiones. Nos encontramos con estas cosas:






Chateau Vieux 2004. De bodega López, es un corte de cabernet sauvignon, merlot y pinot noir, de sus viñedos en Maipú, MendozaCriado como es tradicional en López en grandes toneles de roble. Este vino fue mi primer "salto" de precio. Venía bebiendo Selección Lopez o Rincón Famosoalgún otro tradicional argentino, pero con este fue con el primero que decidí gastar un poco mas de plata, y durante un tiempo se transformó en un clásico de mis compras. Hacía muchísimo que no lo tomaba, mas de 10 años sin exagerar, y esta versión 2004 
(la actual a la venta) la encontré fiel a su tradición. Con el típico color rubí atejado, de buena evolución; al principio mostraba algunos aromas de reducción, que fueron yéndose con los minutos en la copa. Luego pasó a mostrar descriptores mas interesantes en el grupo de las frutas pasas, ahumados, cuero, y cierta sensación "licorosa", haciéndolo complejo. En boca como era de esperarse se lo percibe muy sedoso y liviano, con entrada dulce y final medio. Para mi gusto le falta un pelín de acidez pero no es grave. Un vino de perfil clásico, de una bodega que tiene amantes y detractores por igual, pero que en lo suyo cumple. Volvería a com
prarlo? No lo sé, mis gustos cambiaron mucho con los años y hoy en día este estilo no es mi favorito, pero no me parece para nada desagradable, todo lo contrario.






Luigi Bosca Reserva syrah 2010. De bodega Luigi Bosca, 100% syrah de sus viñedos de Finca El Paraíso en Maipú, Mendoza. Esta bodega la conocí en su momento leyendo un reportaje a un (nefasto) personaje de la política local, en el cual había una especie de ping-pong en un recuadro aparte donde el entrevistado contestaba cosas referentes a sus gustos y 
preferencias. En el ítem "Un vino" este tipo respondió Luigi Bosca, a secas. Tomé nota mental y me dije a mi mismo "si este que está en el gran nivel toma este vino, tiene que ser bueno". Un razonamiento infantil, pero fue lo que me condujo a comprar sus productos. Y medio de casualidad empecé con el syrah, del cual había leído en otra parte toda esa mitología (con bastante olor a verso) acerca de que es una antiquísima cepa originaria de Persia y blah blah blah. Otro dato anecdótido gracioso fue que en una de esas primeras oportunidades que tomé este vino, en cierto momento me pareció notar un sabor que no podía describir muy bien pero que claramente me hacía acordar a yogurt o crema (algo láctico bah). Temiendo quedar como un loco o rebuscado no lo quise comentar en la mesa, pero años después al saber que existía algo llamado fermentación maloláctica me di cuenta que no estaba tan errado en mi apreciación inicial. En su edición 2010 es un vino que aparece con leves aromas a mermelada de frutas rojas y algo especiado, sin mucha intensidad, con algunas notas de la madera. En boca entra seco, con paso muy liviano, poca estructura, de buena acidez, pero final corto. En rigor de verdad lo encontré bastante flojo, teniendo en cuenta haber bebido versiones de este vino un poco mas expresivas y sabrosas. Volvería a comprarlo? Mmmmm....






Fabre Montmayou Reserva malbec 2010. De bodega Domaine Vistalba, 100% malbec de sus viñedos en Vistalba, Luján de Cuyo. Mi cruce con esta bodega fue bastante azaroso, producto de mi ignorancia de ese momento. Lo ví en la góndola y al leer el nombre me dije "Uh, un vino francés!" y me lo llevé sin pensar demasiado. Luego mirando la contraetiqueta me entero que era una bodega argentina. Una muestra de como suele funcionar a veces con los consumidores un buen nombre o cierto halo que envuelve al mismo. Por otro lado eran también mis primeras experiencias y ya sabía un poco el padrenuestro que reza "el malbec es nuestra cepa insignia y somos los mejores del mundo haciéndolo". Mas allá de eso, es un vino que me conquistó de entrada y en la actualidad creo que es el único de los de este post que sigo bebiendo regularmente. Fabre tiene un perfil que es un mix de bodega tradicional pero con toques de modernidad e innovación, que siempre me hace estar atento a todo lo que saquen. Es un vino muy consistente a lo largo de las diferentes añadas, y fiel representante del típico malbec de Luján de Cuyo. Este 2011 no es la excepción, ya desde el color muestra los típicos tonos rojos violáceos, en nariz es una amalgama de descriptores que remiten a frutas negras, acompañados de una nota láctica y el leve aporte de la madera, sin invadir ni restar protagonismo. En boca es de ataque seco, cuerpo medio, sabroso, con buena acidez, tiene un final medio con muy rico retrogusto que me hizo acordar a alguna tarta de frutas. Un malbec que tiene todo lo que habitualmente se le pide, pero no en un perfil "bomba de fruta untuosa" sino mas bien elegante y muy bebible. Recompra? Sí, por supuesto.






Lagarde cabernet sauvignon 2011. De bodega Lagarde, de sus viñedos en Perdriel, Luján de Cuyo, Mendoza. Este vino lo conocí también hace bastantes años, de manera casual en uno de los primeros wine-bars que se abrieron en Buenos Aires. Estaba por comer algo, y al momento de abrir la carta de vinos tamaña fue mi sorpresa al ver la interminable lista de opciones que tenía. La camarera creo que se percató de mi asombro, y rápida de reflejos me ofreció la posibilidad de probar un wine-flight. Qué era esto? Una tablita que venía con 3 copas, cada una de un vino distinto, de una misma bodega. Esa semana tenían a Lagarde, y me tocaron en suerte el malbec, un blanco (no recuerdo cual) y este cabernet, que siempre fue el que mas me gustó de la línea. Es una buena manera de promoción, creo que copiada del mercado yanki, pero que luego no volví a ver. En mi caso funcionó porque luego de esa experiencia comencé a comprar con regularidad los vinos de esta bodega. Pasados los años también los fui perdiendo de vista, hasta volver a encontrarlo en este 2011, que me sorprendió muy gratamente. En aromas mostró muchos descriptores a frutas negras y especias (regaliz), sensaciones ahumadas provenientes de la madera, y al rato yogurt de frambuesa. Lo piracínico clásico del cabernet en este caso es muy sutil y aparece con el rato y la aireación. Al beberlo se muestra muy franco, con buena estructura y acidez, un final largo con un sabroso retrogusto. Un cambio total con respecto a las versiones mas viejas de este vino, al cual recordaba mas "pimentoso" en su momento, pero ahora tiene un claro perfil frutal muy agradable. Solía tener un corte de 10% de cabernet franc, pero leyendo la ficha técnica de la web oficial encuentro que ahora también suma un 3% de petit verdot. Muy interesante, fue el que mas gustó de la noche, tanto a mi como a mis compañeros de mesa. Vuelvo a comprarlo con gusto, a la brevedad.

Fue un lindo reencuentro con estos vinos, y motivó revivir algunas anécdotas simpáticas. Me hubiese gustado poner algún otro que me acompañaba en esas épocas, como el merlot de Weinert, pero me resultó dificil encontrarlo. Realmente no sé en qué góndolas están los vinos de esa bodega hoy en día. También fue interesante ver las diferencias de estilo con respecto a los productores que estoy mas acostumbrado a beber estos últimos años, generalmente de producciones mucho mas chicas. En las bodegas grandes generalmente tienen muy claro el producto que quieren lograr, y saben donde deben dirigirlo. Eso puede ser material para otro debate o discusión, pero no es para desdeñar.

(Perdón por las fotos que esta vez no son mías. La del Chateau Vieux la tomé prestada(?) del usuario de twitter @Gas_Villarreal, va mi agradecimiento para él. Las demás son de las webs de las respectivas bodegas, por eso seguramente sean de otra añada. Esto se debió a que las fotos que saqué durante la cata fueron mas malas de lo habitual. Si siguen este blog se habrán dado cuenta que no soy un discípulo de Man Ray precisamente)

8 comentarios:

  1. Solo tomé por botella el Fabre y coincido en la recompra. Ojo que es la mejor añada de las últimas 3, ponele. Para mi es una excelente compra!
    Y de probadita (feria) el Chateau. No me gustó. Muuuy caro. Daba Vino berreta... Quizás fue la botella o le falto estirarse, pero fue lo que fue (así son las ferias).

    Abrazo!

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    1. El Chateau Vieux no me parece un mal producto. Lo que sí me provocó el fuerte impacto de volver a tomar un vino de estas características luego de años de tomar siempre cosas mas... frescas, por así decirlo. Creo que no lo compraría por una cuestión de gusto personal, pero si me lo cruzo en una mesa no le hago asco para nada. Abrazo!

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  2. Muy buena entrada. Me hizo acordar a mí unos años atrás cuando hacía lo mismo que vos. Y, además, compraba el vino más viejo de la góndola (otro mito que nos metieron en el coco), o el más caro, o el que recomendaba algún tipo en la tele, y cosas así.

    Abrazo.

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    1. Esa de comprar lo mas viejo también la tenía, es verdad. O le daba bola a gente mas grande que me decía muy suelta de cuerpo "el mejor vino de Argentina es el Bianchi Borgoña" y claro, si es un tipo grande debe saber pensaba yo, y lo compraba jajajaja. Abrazo!

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  3. Pablo, siempre hay que probar Lopez, es "paladar de referencia" del clásico vino argentino. Personalmente me gusta mas en Chateaux Vieux que el Montchenot, lo encuentro menos evolucionado y coincido con tus notas de cata.
    El Fabre es uno de mis malbecs favoritos, el que mas sigo de esta cepa que no me gusta tanto; un vino que siempre cumple. Lo único que preferiría con este vino es que no le efectuaran sangría y creo que así sería mejor aún; en el textó de la nota pusiste 2011 pero el vino es el 2010 no?
    Salute

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  4. Hola Fabián, Monchenot hace muchísimo que no pruebo, aunque creo que en total habrán sido un par de veces, me parece que es un vino (por estilo y paladar) al que hay que buscarle la ocasión. El Fabre fijate que en el texto dice 2010, el que fue 2011 es el Lagarde. Saludos!

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  5. Muy buena reseña, no hay que olvidar los clásicos. Los vinos de Fabre y de Lagarde siempre me gustaron y los visito regularmente.
    Abrazo!!!!

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  6. Hola! Qué lindo post.

    Me río porque algunos son vinos que a veces, a veces, tomo por acá.
    Aguante López, toda la vida. De vez en cuando, un Fabre, no creas, jua!
    Bueno, sigo leyendo, y aprendiendo algo. Siempre paso por acá. Placer!

    Abrazos!

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